Las cooperativas son entidades jurídicas constituidas sobre los cimientos de la autorregulación, de modo que su funcionamiento y gestión depende de las decisiones que tomen sus socios, siguiendo el principio democrático “una persona socia = un voto”. Este principio opera en todas las cooperativas, pero es de especial interés en las cooperativas de viviendas en las que las personas socias conviven y toman decisiones a diario. Es por ello que resulta necesario prever unos mecanismos internos, una organización societaria, a fin de que la toma de decisiones resulte dinámica y operativa.